martes, 10 de febrero de 2015

Algo de folclore: a lo alto, a lo bajo y a lo rancio.

He aquí el dilema de siempre: si merece la pena conservar ciertas tradiciones, o por puro rancias es mejor olvidarlas. Algunas, además de rancias son sangrientas, como las corridas de toros, otras sin embargo tienen gran belleza. A estas alturas del siglo XXI,  lo que prima es la economía, y algunas tradiciones dan dinero a unos cuantos (empresarios) porque atraen al turismo. Habría que hacer una criba y eliminar todo aquello que huela a rancio y no dejarnos enredar cuando dicen que todo es  cultura y tradiciones.
Nosotros a lo nuestro: recordemos que el floclore comprende muchas costumbres, aparejos, bailes y canciones, vivienda, vestido, etc.
Y como dicen en mi pueblo, hete aquí algunos bailecillos pa' recordar.
La jota de Pombriego, de León. Ya sabemos que la jota se baila en todas las regiones, que está en compás de 3/4.
Pero reconoceréis la poca gracia que tienen estos bailaores, algunos no se la saben, van totalmente desacompasados. Me interesa que escucheis el acompañamiento: dulzaina, acordeón y redoblante (caja).
Veamos esta curiosidad: Ya quedan pocos abuelos que se sepan canciones antiguas; esta señora canta una jota charra (de Salamanca) acompañándose ella misma.





 La Jota de la Vendimia se baila en toda Castilla-La Mancha. Aquí vemos la versión de Villarrubia de los Ojos, introducida por ¿Fernando Esteso?, al menos se le parece.
   En  la zona de Zamora, Salamanca, Norte de Extremadura, se toca la flauta de 3 agujeros junto con el tamboril. Este señor está tocando en un compás cojo, son de las canciones más antiguas de nuestro país.